La transformación digital ha catapultado las inteligencias artificiales (IA) al centro de la estrategia de innovación empresarial. No obstante, su aplicación ha estado mayormente confinada a la optimización de procesos o a la innovación incremental, dejando un vasto territorio inexplorado para la generación de nuevo valor. Es aquí donde las expertas en innovación y estudios como Artefacto E2E debemos tomar la batuta para liderar este cambio paradigmático y pasar de proponer elementos que mejoren la actualidad a otros que generen nuevos presentes.
La IA actual es una fuerza de eficiencia formidable, procesando datos con una velocidad y precisión que eclipsan nuestras capacidades de hacer informes y dashboards. Sin embargo, su verdadero potencial radica en ser el catalizador para la creación de nuevos productos, servicios y modelos de negocio que no solo incrementen el valor empresarial, sino que también enriquezcan la experiencia del cliente y atiendan necesidades latentes que hasta ahora tenían costos que las convertían en imposibles.
Aquellas de nosotras que llevamos décadas llenándonos la boca con todo tipo de metodologías de innovación nos enfrentamos al reto de trascender la automatización y la eficiencia. Debemos fomentar un ambiente donde la IA se utilice para descubrir posibilidades aún no concebidas, identificar oportunidades de mercado emergentes y diseñar soluciones que tracen rutas nunca antes navegadas. Esto demanda una mentalidad que abrace la experimentación y el riesgo calculado, y la habilidad para visualizar futuros alternativos.
Con el equipo llevamos meses repensando nuestros procesos para asegurar que no caigamos en la trampa de hacer lo que hacemos más eficientemente, sino que exploremos rutas que antes no estaban a nuestro alcance gracias al uso de las IA. Estamos trabajando con un presentimiento donde la experiencia del cliente y el diseño de productos y servicios actúan como incubadoras de ideas y aceleradores del cambio mediante un prototipado rápido que valida hipótesis en tiempo récord. Creemos que el dominio en la intersección de la tecnología, el diseño creativo y la gestión de los miedos de nuestras clientas no solo nos está anticipando para continuar explotando las aplicaciones futuras de la IA, sino que nos permite entregar valor a muchos niveles, desde la evaluación de los datos con los que trabajamos que invitan a revisitar el tradicional "data governance" hasta el nivel de las pruebas de concepto que cuestan de diferenciar de desarrollos completados.
La colaboración con estudios de innovación y estrategia digital para sacudir equipos de compañías que no sienten el rumor del tsunami que se avecina es clave. Juntos, pueden construir ecosistemas que promuevan la innovación abierta y la cocreación, integrando perspectivas y habilidades diversas para impulsar la IA hacia nuevos horizontes. La sinergia entre visión estratégica y ejecución creativa es lo que transformará la IA de una herramienta de optimización a un motor de innovación disruptiva.
La evolución de la IA desde la optimización hasta la creación de nuevo valor representa un camino intrincado que exige liderazgo informado, visión de futuro y una colaboración estrecha y continua. Nos guste o no, somos arquitectas de este cambio, y nuestra labor no solo define la trayectoria de nuestras clientas, sino que también modela la forma de acercarnos al valor que puede generar la inteligencia artificial. Su enfoque y dirección son esenciales para desbloquear el potencial completo de la IA, llevándola más allá de la automatización y hacia la frontera de la creación de valor y la eterna y nunca acabada transformación empresarial.